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¿Qué son?
El nombre de meridiano proviene de la traducción del término chino jng-Luo-Mai: Jing = significa fluir de forma constante y regular, Luo = son las ramificaciones que se conectan, Mai = es el recipiente por el que pasa algo
La teoría de los meridianos desempeña un papel fundamental en la gestión de las ciencias médico-clínicas orientales, ya que es capaz de analizar los flujos y las circulaciones, las funciones fisiológicas, los cambios patológicos del organismo y sus interconexiones con los distintos órganos internos.
Para la medicina tradicional china, el meridiano se considera una verdadera entidad energética, un vector perceptible de armonía o desarmonía energética, objeto principal de la actividad terapéutica
Existen doce meridianos tradicionales, llamados Jing, que siguen un camino preciso de flujo recto a lo largo de la línea principal del cuerpo, cada uno de los cuales está conectado a un órgano relacionado.
El sistema de meridianos también cuenta con canales colaterales, llamados Luo, que fluyen transversalmente a los meridianos por encima o por debajo de la piel, siguen una trayectoria a lo largo de tramos oblicuos, se cruzan con partes profundas y superficiales, a menudo se cruzan y pueden tener o no una trayectoria fija.
Así, ambos canales, distribuidos por toda la superficie del cuerpo, conectan todos los órganos y tejidos entre sí, representando al ser humano como una unidad orgánica cohesionada y organizada, asegurando un desarrollo ordenado y armonioso de las actividades vitales y una no solución de continuidad con las actividades sistémicas
¿Cómo funcionan los Meridianos?
Imaginemos un mapa de una ciudad en el que las líneas de metro más importantes son los meridianos en los que se canaliza el movimiento y el flujo principal, las calles adyacentes son los canales colaterales, y las estaciones se comparan con «puntos» o «tsubo» (361 en total entre principales y secundarias) con diferentes características e indicaciones. Cuando se estimulan estos puntos, por ejemplo con agujas en acupuntura o con digitopresiones en el masaje shiatsu, pueden aportar beneficios para ciertos desequilibrios, aliviar múltiples síntomas y restablecer un flujo energético regular y armonioso en todos los órganos.
De los doce meridianos:
Diez de ellos controlan las funciones del órgano correspondiente;
Dos regulan sólo funciones accesorias pero importantes.
En seis de ellos, meridianos Yin, la energía fluye de abajo hacia arriba, y en los otros seis, meridianos Yang, a la inversa. Para distinguirlos, están marcados con las iniciales del órgano asociado a ellos, su secuencia sigue un ritmo circadiano y la intensidad de la energía que fluye en su interior varía a lo largo del tiempo según diferentes ritmos de fluctuación, encontrando su máxima expresión durante un determinado periodo del día.
Por lo tanto, dado que todos los meridianos están conectados entre sí como una red durante las veinticuatro horas del día y a lo largo de la vida, la máxima actividad energética, también conocida como el pico de energía, se sucede ininterrumpidamente, de modo que cuando cesa desde el meridiano del hígado comienza por el meridiano del pulmón.
I 12 Meridianos: Iniciales y Horario del Pico Energético
- Meridiano del pulmón (P) 03.00-05.00
- Meridiano del intestino grueso (IG) 05.00-07.00
- Meridiano del estómago (E) 07.00-09.00
- Meridiano del bazo-páncreas (BP) 09.00-11.00
- Meridiano del corazón (C) 11.00-13.00
- Meridiano dell’intestino delgado (ID) 13.00-15.00
- Meridiano della vejiga urinaria (VU) 15.00-17.00
- Meridiano del riñón (R) 17.00-19.00
- Meridiano del ministro del corazón (MC) 19.00-21.00
- Meridiano del triplice riscaldatore (TR) 21.00-23.00
- Meridiano de la vesícula biliar (VB) 23.00-01.00
- Meridiano del hígado (H) 01.00-03.00.
Por último, hay otros dos meridianos que son los primeros en formarse tras la concepción, cuando el óvulo ha sido fecundado y comienza la diferenciación y a partir de los cuales se formarán todos los demás meridianos:
el Vaso de la Concepción (VC), que parte de la cabeza, recorre la línea centro-frontal del cuerpo y llega a la zona del periné;
el Vaso Gobernador (VG), que sube desde la columna vertebral y llega a la cabeza.
Los meridianos de pulmón, corazón y ministro del corazón se sitúan a lo largo de la parte interna de los brazos; los de intestino grueso, intestino delgado y triple calentador a lo largo de las líneas externas de los brazos con algunas extensiones hacia la cabeza y los hombros.
El meridiano del estómago y de la vesícula biliar recorre líneas fuera de las piernas con algunas extensiones hacia la cabeza por el meridiano del estómago y hacia el pecho por el meridiano de la vesícula biliar. El meridiano del bazo y del hígado recorre las líneas del interior de las piernas, llegando hasta los pies con extensiones hacia el tórax por el meridiano del bazo, a lo largo de los lados de la columna vertebral por el meridiano de la vejiga urinaria y luego se divide a nivel del sacro y continúa por la línea media de las piernas hasta los pies. Por último, el meridiano del riñón comienza en la base del pie, recorre una línea a lo largo de la parte interior de la pierna y termina con una línea que recorre la línea central del abdomen, bordeando el esternón hasta llegar al nivel de la primera costilla de la caja torácica.
Las principales funciones de los meridianos son cuatro
1) Conectar y relacionar los órganos y tejidos con el organismo y los orificios, permitiendo el flujo del organismo entre el interior y el exterior, hacia delante y hacia atrás, a la derecha y a la izquierda, a lo alto y a lo bajo, realizando funciones de equilibrio en las esferas biológica, fisiológica y psíquica del ser humano, permitiendo la intervención directa en el interior desde el exterior;
2) Transmitir información sobre las reacciones e inducciones de diversa índole que emite el organismo en cada momento;
3) Transportar los fluidos corporales como el Qi y la sangre por todo el cuerpo, ya que son la sustancia vital para cada órgano, tejido y orificio y son indispensables para preservar la integridad vital;
4) Regular y controlar el equilibrio del organismo.
El Qi y la sangre, que circulan por el corazón, a través de los canales de los doce meridianos y sus colaterales, aportan alimento, oxígeno y calor continuo a todo el organismo y mantienen las actividades de los distintos órganos, tejidos y aparatos. El pulmón empuja el Qi hacia los meridianos, representando la fuerza motriz de la energía vital y de la sangre; el Qi del aire entra en el cuerpo a través del pulmón, que es también el promotor de su salida del cuerpo, luego llega al hígado y desde el canal hepático vuelve al canal pulmonar en un círculo continuo, dando así lugar a un sistema de flujo a un ritmo cíclico ininterrumpido.
Meridianos y Masajes
Cuando uno se enfrenta a un desequilibrio de las funciones fisiológicas debido a un agente patógeno u otra causa, es inevitable que éste se refleje en el sistema circulatorio del Jing y del Luo, con diversas manifestaciones clínicas como el dolor excesivo a la presión, los nódulos tisulares, los cambios de color, grano, forma y humedad de la epidermis.
Los que han asistido a un curso de masaje saben que el objetivo de todas las disciplinas y técnicas de la medicina tradicional china, ya sea la acupuntura, la moxibustión, las ventosas, el masaje Tuina, el shiatsu, las terapias corporales (Qi-Gong, Tai-Chi), es restablecer un equilibrio energético en las distintas partes del cuerpo, ya sea por defecto o por exceso. El principio es reducir lo que sobra y aumentar lo que falta, calentar lo que está demasiado frío, enfriar lo que está demasiado caliente, hacer circular lo que está estancado, poner en movimiento lo que está parado, estabilizar lo que se mueve demasiado.
En conclusión, considero que si se quiere restablecer la homeostasis energética en el cuerpo del paciente/cliente, es esencial el conocimiento anatómico de los meridianos y sus canales colaterales. Mi consejo es repasar con frecuencia la anatomía de los meridianos principales y secundarios con sus localizaciones, características y puntos de estimulación y, mediante mucha práctica clínica, memorizar y visualizar los mapas o cuadros anatómicos.