Independientemente de esta consideración, está bien mantener una concepción flexible ya que refiriéndonos a un masaje relajante – si se realiza en el modo correcto – puede producir llegar a producir un efecto descontracturante en algunas zonas del cuerpo, que están más expuestas a tensiones (columna, cuello y hombros).
Hoy vamos a hablar de cómo hacer un masaje relajante, una materia cada vez más actual y que causa un gran interés. Ya que cada vez son más aquellos que lo quieren recibir y tantos a quererlo aprender, y no solo por interés personal, sino por una inversión profesional.
Recibirlo en la intimidad es un regalo muy apreciado, saberlo hacer bien es un don para aprovechar tanto íntima como profesionalmente.
La figura del masajista especializado está cada vez más demandada en los centros estéticos, en los centros wellness & fitness, en los SPA, donde el masaje relajante es famoso por sus efectos sobre el cuerpo y la mente (relaja, disuelve la rigidez y las tensiones musculares de las cervicales y de los hombros, pasando por la espalda y las piernas hasta los pies).
En este artículo vemos cómo hacer un masaje relajante, las técnicas que se emplean y la formación para especializarse y trabajar como profesional.
Índice de contenido
Eco porque el masaje relajante gusta tanto
Saber cómo hacer un masaje relajante es un pequeño tesoro en el que invertir, ya sea para conseguir juntar a las personas cercanas a ti, como para satisfacer a tus clientes si quisieras transformar tu pasión en un trabajo verdadero y propio.
Quien lo ha probado en su propia piel sabe de lo que se habla… El masaje relajante es una caricia irresistible e irrenunciable. Pero a pesar de su incuestionable capacidad de relajación, son tantísimos los beneficios del masaje relajante.
- Aliviar los estados de ansiedad y de estrés psico-físico
No es una casualidad que tantos experimentan un gran entusiasmo y euforia después del masaje, y lo confirman los estudios científicos: el masaje induce a la relajación psicológica, reduce la ansiedad y el estrés psico-físico aumentando la producción de endorfina, serotonina y dopamina (sustancias químicas naturales que te hacen sentir bien), bajando al mismo tiempo los niveles de cortisol, la frecuencia cardíaca, la presión sanguínea y el consumo de oxígeno, típicamente asociados al estrés.
- Mejora la calidad del sueño
El sueño te mantiene en salud y con el masaje conseguimos descansar mejor, a dormir más intensamente sin levantarnos a mitad de la noche y con la sensación de una mayor energía por la mañana.
El poder del masaje sobre la mejora de la calidad del sueño se debe siempre a la liberación de serotonina que ayuda al cuerpo a conseguir un estado de descanso.
- Produce un efecto antidolorífico músculo-articular
El cuerpo soporta tantas pruebas en el curso de la existencia y, a menudo, con el pasar de los años, sufre de dolores músculo-articulares, en la espalda, en los hombros, en el cuello… muchas de las veces debidos a la mala postura que tenemos (con el cuello y la espalda tensos y plegados hacia el smartphone y/o el PC). Incluso también debidos a la artrosis, artritis y otras formas de reumatismo. El masaje relajante produce un potente efecto antidolorífico, además de disolver tensiones, rigidez y a mejorar el rango de movimiento.
- Mejora la circulación sanguínea
El masaje mejora la circulación sanguínea llevando oxígeno a la sangre, rico de sustancias nutritivas, desde y hacia los músculos y órganos internos, con efectos beneficiosos por todo el cuerpo.
…y baja la presión arterial
Estudios recientes han demostrado una correlación entre el masaje profesional y el mejoramiento de la salud cardiovascular (estudio publicado en el International Journal of Preventive Medicine).
- Mejora la piel
El efecto del masaje relajante se revela incluso en la piel, más luminosa, extendiéndose y aumentando su elasticidad después de haber liberado las toxinas y las células muertas.
Técnicas de masaje relajante
Si estás al inicio de tu formación dentro del mundo de los masajes, y quieres saber como hacer un masaje relajante, puedes empezar con estas técnicas de masaje, las primeras nociones de base para coger soltura con las distintas modalidades manuales.
Iniciamos con decir que el masaje relajante se debe realizar con movimientos lentos, rítmicos y envolventes, realizando presiones más o menos profundas según el caso y la preparación ( algunas maniobras son de competencia profesional).
Técnica del Effleurage (Roce)
Se usa esta maniobra antes del verdadero tratamiento para calentar los tejidos y para extender la crema o el aceite en el cuerpo, o para relajar el cuerpo después del tratamiento.
El movimiento del roce se realiza con las yemas de los dedos o con las palmas de una o ambas manos, unidas y abiertas, que masajean la zona interesada con contactos de ritmo lento y delicado. El toque es tenue y relajante y los movimientos diseñan círculos amplios.
Técnica del Petrissage (amasamiento)
Literalmente Petrissage se traduce como amasamiento, esta técnica se basa sobre varios tipos de manualidades: “pellizcos” de la piel y del músculo con el pulgar y el dedo, para estimular; movimientos breves y circulares con los nudillos (sobre todo en la espalda) y con las palmas de las manos.
Esta maniobra ejerce un efecto tonificante y de drenaje, actuando más en profundidad y con una mayor presión para favorecer también una circulación mejor.
Técnica basada en movimientos de percusión
Con esta técnica, que usa golpes breves y rápidos, más o menos intensos, vamos a estimular los músculos, a revitalizar y tonificar la piel, a deshacer tensiones y depósitos grasos y a aumentar la velocidad del flujo sanguíneo.
Este tipo de masajes se realiza principalmente en los glúteos, muslos, hombros y está indicado en los tratamientos de drenaje linfático.
Los movimientos de percusión pueden asumir distintas formas según la zona y la finalidad:
- Para un efecto estimular podemos usar toques o golpes breves, rápidos y repetitivos con la mano en forma de puño o a corte
- Para un efecto sedativo podemos usar las yemas con los dedos punzantes.
Técnica basada en la Fricción
Esta maniobra pretende una movilización de los planos superficiales de la piel sobre planos más profundos. Las manos del masajista mantienen un contacto fijo con la piel del paciente, ejerciendo una presión, manteniendo el contacto con la presión adecuada sin despegar la mano, palma o antebrazo de la zona a masajear o tratar, deslizando los planos superficiales sobre los profundos. Favoreciendo la reabsorción de líquidos a consecuencia de la inflamación y de las adherencias, por ejemplo de cicatrices o contracturas musculares.
El secreto de un buen masaje relajante es saber alternar estas técnicas para crear el mix más oportuno de sensaciones y beneficios.