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Un tratamiento de manipulación
Un tratamiento de manipulación para aflojar los músculos y las contracturas del cuerpo. Si desea un masaje descontracturante al final del día, sabe muy bien lo que es un verdadero tratamiento de relajación. Este masaje se practica desde hace siglos en Occidente y puede considerarse una contrapartida a los masajes orientales dedicados a cuidar el cuerpo y restaurar la energía.
Sin embargo, nuestra cultura tiende a considerar el masaje descontracturante como curativo en caso de dolor y tensión muscular, sobre todo en el caso de la tensión en el cuello, la espalda y la nuca.
Integrando esta tradición con el enfoque oriental, en los últimos tiempos, varios masajistas ofrecen tratamientos de masaje descontracturante también como prevención de futuras contracturas y para facilitar la relajación y el reequilibrio psicofísico tras el estrés y la fatiga diarios acumulados.
También las escuelas de masaje ofrecen desde hace tiempo cursos sobre técnicas de manipulación para combatir las contracturas musculares. Pero, ¿cómo saber cuándo un masaje descontracturante es adecuado para nosotros?
Músculos y contracturas
En cada movimiento que realizamos intervienen haces de fibras musculares, no siempre al mismo tiempo, ya que el cuerpo selecciona cuidadosamente qué músculos utilizar para los distintos esfuerzos.
Sin embargo, en determinadas condiciones, cuando hay un trabajo anormal del músculo o hay problemas óseos, las fibras se tensionan de forma incorrecta, lo que provoca contracturas.
Si incluso durante el reposo la tensión muscular continúa, quizá acompañada de episodios de dolor, se trata de una verdadera contractura muscular.
Los deportistas suelen sufrir este tipo de contracturas musculares, dada la frecuencia de las tensiones a las que se somete todo el sistema musculoesquelético durante la actividad competitiva.
Para curar estas contracturas, es necesario primero descansar los músculos de la parte afectada, y luego realizar ejercicios descontracturantes y masajes adecuados en aquellos músculos que están fatigados y débiles. Cuando se somete a un esfuerzo intenso, el aumento involuntario del tono muscular crea sensaciones de malestar y dolor, que pueden durar hasta unos 10-15 días.
Estos masajes, a menudo practicados por un fisioterapeuta o un masajista experimentado, ayudan a recuperar la elasticidad del movimiento sin excesivo dolor, ayudando a las articulaciones en la movilidad y la circulación sanguínea.
El masaje descontracturante y relajante se suele realizar en la zona localizada también como medida preventiva, para las extremidades inferiores, la zona lumbar o la espalda, la cabeza y los hombros.
A veces, de hecho, las contracturas musculares también pueden estar provocadas por actitudes posturales incorrectas, quizás trabajando siempre de pie o sentado, con la espalda curvada o con los brazos siempre en movimiento… el masajista, mediante la manipulación descontracturante, intentará así aflojar el tono muscular mediante presiones y roces.
Cómo dar un masaje descontracturante
La práctica de la manipulación, destinada a aflojar las contracturas musculares, la practican los masajistas con movimientos precisos. Es esencial que la realice una persona cualificada, ya que una manipulación incorrecta podría causar daños, empeorando la situación en términos de tensión y dolor.
En cambio, una sesión de masaje descontracturante realizada correctamente puede aportar grandes beneficios en los 45-60 minutos en los que se realiza.
En primer lugar, el masajista ejercerá presión sobre el cuerpo con sus manos, centrándose en la relajación muscular y el aflojamiento del propio músculo. Mediante pequeños golpes y la colaboración, a menudo, de aceites específicos para el masaje descontracturante, se pueden conseguir las primeras fases de la relajación muscular.
La presión se incrementa, según lo requiera el caso, hasta actuar sobre los centros nerviosos de forma decisiva con pellizcos y golpes adecuados, acupresión o masajes con aceites esenciales.
Masajes relajantes de cuerpo entero
El masaje descontracturante se suele realizar dirigiéndose a determinadas zonas del cuerpo que necesitan más atención en términos de relajación muscular.
Espalda
sostiene todo el cuerpo, por lo que a menudo se producen dolores en esta zona, que afectan a diferentes áreas en función del estrés. Desde el trapecio hasta la región lumbar, las contracturas deben aflojarse mediante un masaje que comienza con un toque que reactiva la circulación, y luego actúa sobre la columna vertebral con acupresión. Llega hasta la región lumbar y luego a cada uno de los lados pellizcando los músculos.
Hombros y cuello
La presión del masajista comienza en el cuello y baja hasta los hombros, mediante golpes funcionales para reactivar el tejido conectivo de los músculos. Un masaje en esta zona mejora las contracturas causadas por una mala postura, quizás la del ordenador o por trabajos específicos en los que la atención requiere una tensión continua en esta zona del cuerpo.
Miembros inferiores
Desde el muslo, abarca la pierna por completo, el masaje sigue las indicaciones de la manipulación utilizada para la espalda. Se empieza por la parte inferior y se llega a la parte interior del muslo, actuando con movimientos firmes para la parte exterior y suaves para la parte interior del muslo.
Masaje descontracturante de cuello
Una zona que suele verse afectada por las contracturas musculares, incluso sin un esfuerzo atlético excesivo, es la cabeza.
En los casos de cervicalgia, en los que el dolor está presente tanto en el cuello como en las zonas relacionadas, es esencial un diagnóstico correcto y una serie de masajes descontracturantes consecuentes.
Es fundamental comprender si se trata de una variante de la patología cérvico-cefálica que conlleva quejas de cefaleas, mareos y audición, o si se trata del síndrome cérvico-braquial que, en cambio, afecta al cuello, al brazo y a la mano.
Varios médicos prescriben una serie de masajes descontracturantes, en caso de cervicalgia, para ser evaluados como apoyo a la terapia adecuada. En estos casos, el masajista o fisioterapeuta actuará de forma suave para relajar la pieza, procediendo a masajes más profundos para aflojar la contractura.
Además de la cervicalgia, el masaje relajante y descontracturante se utiliza para otras diversas afecciones, para reducir las contracturas y la tensión muscular de forma decisiva. Estos van desde el bloqueo de las articulaciones hasta la rigidez severa, la pesadez de estómago, los ataques de ansiedad y pánico, la tensión muscular relacionada con el estrés, etc.
El masaje relajante: cuándo hacerlo
La práctica del masaje relajante, destinado a una acción descontracturante menos fuerte pero igualmente eficaz, actúa también para reactivar la circulación sanguínea. Aumenta el oxígeno en todo el cuerpo, para la regeneración de los tejidos, mejorando el estado general de bienestar y una buena recuperación del tono muscular.
Además, reactiva muchos centros nerviosos y favorece la eliminación de toxinas y del exceso de líquido. Por estas y muchas razones, incluso cada día se recomienda un masaje corto y relajante para mantener el tono muscular, como medida preventiva para evitar contracturas y para mantener constantemente los beneficios circulatorios.